martes, 16 de diciembre de 2008

HAMBRE


El hambre es ansiedad
de silencios, de memoria
insatisfecha.
De cuadros sin descubrir,
de valles sin conocer;
de cordura redimida,
de salvaje placer.
El hambre es sediento
como el río que corre
sin saber donde
terminará en su camino,
según las mareas
que intervienen en su destino.
Río por encima tranquilo,
por debajo turbulento.
Dóne fueron tus peces
de colores, los busco
y no los encuentro.
Me sumerjo en la
profundidad de tus aguas,
me responde el misterio.
Estás contaminado acaso
de nuestras miserias,
de residuos orgánicos
y plásticos deteriorados
sin reciclar.
¿Cómo se recicla la vida,
y el hambre?.
¿Cómo termina el hambre
sin la vida que lo atrape?.
¿Cómo es tu hambre de mí,
corriendo al infinito?.
Los hambreados de amor,
no resisten. Se autodestruyen
buscando sabores
que no existen.
Para paliar el dolor,
niegan el hambre;
se niegan asimismo.
Huyen sin comprender
que el hombre,
está hecho para amar,
y reciclarse en sus hijos.
La simiente es su semilla.
No tendrá hambre,
si cosecha en la mujer,
la siembra de la vida.
Ester-Colibrí

1 comentario:

EL SUEÑO DE GENJI dijo...

A veces nos escudamos en ella para no ver lo que nos rodea. Estamos - como tu dices - hechos par amar, pero ¿lo hacemos?...

Nos cuesta tanto arrancar de lo más profundo la voz de nuestros sentimientos...

Besos y mil abrazos.