jueves, 14 de enero de 2010

LA MAGIA DEL CERRO





2010 me recibe

con los brazos abiertos.

Voy escalando el Cerro,

de verde está cubierto.

Pequeñas florecillas

señalan el camino,

acuarela en la tierra.

La energía despega

los pies de las piedras.

El canto de los pájaros,

murmullo celestial,

acompaña el silencio,

desde lo abismal.

La sonrisa abre puertas

que esperan más allá,

de lo que tu imaginas,

mirando desde acá...

La brisa me despierta

las ansias de seguir,

más allá de la cumbre,

más allá del no ser.

Aqui los pies se quedan,

los labios rezan,

los ojos se humedecen,

las manos se mueven

inquietas, para poder contar,

señales que aún no entiendes,

pero que en sombras leves,

asoman sin cesar.

Sabiendo sin saber

que en esa ventana

al Universo...

¡La luz encontrarás!.

.

Ester-Colibrí

.

Cerro Uritorco-Capilla del Monte-Cordoba-Argentina.

.



4 comentarios:

Anónimo dijo...

Con esa misma alegría, la de tus versos, te doy un gran abrazo.

Gracias por estos emotivos versos.

mimbre dijo...

Hola Colibri...
No te imaginas el tremendo placer y honor que fue para mi poder compartir tantas horas maravillosas junto a la madre naturaleza y de tu mano¡
Lo sabes y te lo digo una vez más:
TE QUIERO¡¡
Más allá de mis fuerzas, sos como el aire que respiro, te necesito a cada instante¡¡
Un abrazo enorme¡
Osvaldo- tuyo por siempre-

hsm1967 dijo...

que hermosa poesía coronada con un hermosa fotografía saludos y cuidate.

ALBIN dijo...

me agrada tu invocación a la naturaleza, más porque disfrute de esas sensaciones en Capilla. Ahora fuí a Merlo, y el lugar me inspiró para escribir algo así=
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A Villa de Merlo

desgrana silbos la trouppe
de pájaros en alboroto
una multitud vegetal cobija
sus tenues plumas
sus colores milenarios
entonces
surgen ante el humano
falto de inocencia
montes tan sabios como antiguos
forestas aliento de veras
toda paz luce
un rasgo de buena fe
y allí el interior encuentra
que hay realidades más genuinas
y al alcance de los pasos

suceden horas días circunstancias
como el caer de lluvia
por los baldíos
haciendo sitio para vislumbrar
atmósferas en provecho
de mejores experiencias
a las que sólo por costumbre
el hombre se niega

Arlane