El desatino,
nos lleva
por caminos azarosos.
Al destino,
tenemos que abrigarlo,
con mimos y sonrisas.
Al tiempo,
no desperdiciarlo
con vanas promesas.
Al silencio,
regalarle una mirada
traviesa.
Al olvido,
una lágrima quieta.
Al amor,
regarlo y hablarle
como a una plantita.
Porque es como el sol,
que en nuestra alma habita.
Ester-Colibrí
1 comentario:
Tienes mucha razón en lo que escribes.
Perfecta lista de cosas que hacer todos los días.
Un abrazo.
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